El cigarrillo electrónico, en todas sus variantes, surge como una opción para reemplaza al cigarrillo convencional. Sin embargo, no hay evidencia de su inocuidad ni de su eficacia para abandonar el tabaco, al menos no según el ANMAT.
En esta línea se basa la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Medica (ANMAT), creada en 1992, para fundamentar la prohibición de su importación, distribución y comercialización de sus accesorios (incluyendo los líquidos para su recarga), como así también la publicidad de los mismos.
Cabe destacar que la prohibición en Argentina surge de estudios realizados, no sabemos bien donde ni como, arrojando resultados en donde ellos mismos dicen que “los dispositivos podrían provocar que algunos fumadores dejen el hábito en el corto plazo (6 meses)”, también indican que “ninguno de los estudios son concluyentes sobre los efectos adversos del cigarrillo electrónico a mediano y largo plazo, ya que los dispositivos aportan en el vapor una cantidad incierta de nicotina”. Parece que lo que se le está escapando al ANMAT es el pequeño detalle de que se puede vapear sin nicótica.
Por ultimo queremos indagar en otro detalle donde evidencia aún más el desconocimiento de esta gran administración, por favor analicemos este párrafo juntos:
“Como toda sustancia o dispositivo empleado por el ser humano y aun no aprobado por falta de evidencias sobre su efectividad y seguridad, constituye una herramienta peligrosa y por fuera del arsenal terapéutico registrado hasta el momento para dejar de fumar, que es el primer objetivo desde el punto de vista de la salud individual y colectiva”.
¿No les resulta un poco contradictorio? Claramente al ANMAT le genera incertidumbre su propia investigación y toman la decisión de prohibir antes de legislar. Una forma poética de llevar a cabo políticas de salud donde claramente es más importante el negocio que la salud misma, además de la masiva propaganda de los grandes medios hegemónicos argentinos de demonizar al vapeo a favor de continuar con el beneficio de las tabacaleras y de todos los que viven detrás del negocio de Salud.
En contrapartida, otros países del mundo se tomaron muy diferente la inclusión del cigarrillo electrónico, con todos sus beneficios probados.
En Inglaterra las autoridades sanitarias han lanzado una campaña con el objetivo de contrarrestar las crecientes alertas sobre los posibles efectos nocivos del vapeo y convencer a los fumadores de que ese recurso es “un 95% menos dañino” que los cigarrillos tradicionales.
Justo lo contrario de la doctrina de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que desaconseja el uso de cigarrillos electrónicos. Aunque los estudios sobre los daños para la salud que pueden causar los cigarros electrónicos muestran distintas conclusiones
Un ejemplo más es el caso de España, donde critican que las investigaciones que hablan en favor de ese producto están financiadas por empresas tabacaleras, que comercializan cigarrillos electrónicos.
Desde Revista Driperos sugerimos que nos informemos y saquemos nuestras propias conclusiones, no nos dejemos engañar, nuestra salud y nuestro bienestar no puede ser medido y prohibido sin la investigación apropiada del ente que procura cuidarnos. Para eso te dejamos a continuación los links donde vas a poder ver la información de la que hablamos y su veracidad.
¡Buenos vapores amigos!
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